Nuestra misión va más allá de la rehabilitación. Abogamos por un cambio transformador en nuestra cultura, para modificar el enfoque punitivo hacia modelos basados en la compasión. Al invertir en la sanación en lugar del castigo, nos esforzamos por cambiar la perspectiva de la sociedad sobre las causas fundamentales del delito, abordando los problemas desde su origen y rompiendo los ciclos que perpetúan el sufrimiento.
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Testimonio del Ex-Subdirector Técnico de la prisión de máxima seguridad en El Altiplano:
“Durante mi trayectoria profesional, siempre escuché la práctica de distintas actividades al interior de la prisión, fútbol, teatro, pintura, voleibol, ajedrez entre otras; en cada una de ellas se hablaba de sus beneficios a la salud física incluso para una mejor toma de decisiones; sin embargo, en 2017 conocí la práctica del yoga para personas privadas de la libertad al interior del penal del Altiplano; al inicio mostré escepticismo como muchos de los que ahora lo practican, hoy puedo decir al paso ya de 7 años que no solo son clases de yoga, sino yoga con enfoque en trauma, ¿que es eso?
Una vez por semana veía acudir a las maestras de Yoga en Prisiones México a brindar sesiones a la población penitenciaria, incluso en pandemia, logramos la virtualidad de la actividad. Presencié varias de las sesiones con algo significativo, no practicaban posturas complejas y tampoco se proyectaba como una actividad para cierta clase de personas, sino para todos, que de manera voluntaria conformaban el grupo. Había algo peculiar, les enseñaban a respirar, a relajarse, a sentirse seguros en un ambiente que tradicionalmente es visto como hostil, la prisión. Lograban cerrar los ojos, confiar en el otro, dar gracias al día a día y retirarse tranquilos y con paz.
La puesta en marcha de Círculos de paz a través de la filosofía de justicia restaurativa por Yoga en Prisiones México, ha sido una actividad enriquecedora en demasía al interior de las prisiones, previo al inicio de los llamados círculos, seleccionamos a privados de la libertad con características sencillas pero necesarias, voluntad y próximo a obtener su libertad, y en ocasiones a quienes mediante el aprendizaje de la experiencia buscaban integrarse en una nueva comunidad. Al paso de cada sesión, de enfrentarse a las víctimas indirectas y al término del programa, observé cómo logran aprender uno del otro, a compartir, a verse como similares y sin distinción, aprenden a vivir nuevamente, pero ahora, a perdonarse y a perdonar a los otros con sentimientos de gratitud, es decir, vuelven a vivir de manera digna.” Juan Luis Pérez Ramírez. Ex Subdirector Técnico del Centro Federal de Readaptación Social de Máxima Seguridad No. 1 “Altiplano”